jueves, 13 de marzo de 2008

El pacto con uno mismo. (Fin provisional de la búsqueda.)

Esta fotografía la llevó mi padre en su cartera durante muchos años. Guardo su fatiga como un tesoro y por eso no he querido recuperarla con procesos digitales modernos. La mano que se ve es la de mi madre, que me sujetaba para evitar que me cayera, tan pequeño era yo. En aquel tiempo nos fotografiaban no sólo por amor sino también por fijar urgente testimonio porque aun se conservaban grabadas en la mente las épocas de alta mortalidad infantil.

Uno da muchas vueltas en su vida y se busca con insistencia al final o al inicio de cada nueva etapa, en las épocas en las que el ánimo está bajo o en los días lluviosos en los que la nostalgia le asalta. Sé que algunos de vosotros no compartís esta manera mía de profundizar en la memoria hasta la desorientación y la pérdida, aunque podáis aceptar su intención literaria. Sabéis que afirmo que en esta incertidumbre se halla el camino que nos ayuda a comprendernos en el mundo y a aceptarlo con humildad y benevolencia. Sabéis que, en gran medida, La Acequia nació como reflexión sobre el yo que se explica en lo autobiográfico, a veces con saña sobre mí mismo. O como parodia.

Pero, después de tantas vueltas, viene el necesario pacto con uno mismo para sobrellevarse y aceptar el presente. Reencontrarse en unas pocas piezas de un puzle necesariamente incompleto y falseado.

Quizá, al final, todo vuelve a nacer en la imagen de un niño sujetado por la mano atenta de su madre, guardada con cariño por el padre, al que acompaña en el duro ejercicio diario de la vida. Y el ciclo comienza, de nuevo.

42 comentarios:

Pilar dijo...

Si cuando hablo de osito de peluche será por algo...
Ay qué rico.
Es la primera frase que me ha venido a la cabeza.
Una monada.
Me ha salido hasta el instinto maternal.
Brillante texto.
Lo releeré en casa, con calma.
volveré.
Un achuchón.

Burgostecarios dijo...

Pues una foto muy mona, desgastada por la de veces que habrá sido mirada, yo las conservo más nuevas, lógico, mi padre no podía llevar una de cada uno de los 7, con la de familia numerosa bastaba, y esas sí que eran mortales de necesidad... es imposible que todos salgan bien.
No se que decirte... la nostalgia que nos acompaña, no debe hacerlo durante mucho trayecto de nuestro camino.

Pedro Carcedo dijo...

Entrañable tu fotografía de niño y lo que escribes.
No hay que tener pudor para sacar, de vez en cuando, el corazón a dar un paseo.
Me has dado envidia y publico en mi blog una fotografía mía de hace 76 años.
Mi padre murió en 1969. Vivió años difíciles, durante la guerra civil, por ser republicano. Nunca guardó rencor a nadie. Efectivamente todo vuelve a nacer.
Un abrazo

Beatriz Montero dijo...

Pues sí, una foto y un texto muy tiernos. en los últimos posts me ha parecido percibir un tono tristón, ¿un pequeño bajón, recuerdos nostálgicos?. Seguro que es una mala interpretación mía.

Quique dijo...

Buenas vacaciones.
Felicidades por tus entradas.

Merche Pallarés dijo...

Sí, Pedro, qué monada y ya con una mirada muy observadora. Mirada de futuro fotógrafo. Pero pensar que ese bebé se ha convertido en un ser con angustia vital!! ¡Cómo es posible! Querido, nunca nos llegamos a conocer al fondo del todo, simplemente hay que vivir y no comerse demasiado el coco. Besotes, M.

Anónimo dijo...

Poderoso pelo para el infante, el mismo que conserva en la actualidad y, el mismo que cubre tan brillantes reflexiones

Ladylibrarian dijo...

después de tantas vueltas, viene el necesario pacto con uno mismo para sobrellevarse y aceptar el presente
No siempre es fácil aceptarse a sí mismo y el presente con el que se cuenta, pero es lo único que tenemos... mirar atrás aunque te hace no perder la perspectiva de tu vida, suele distorsionar lo que te toca vivir aquí y ahora. Adelante, siempre adelante.

Anónimo dijo...

La memoria es lo único efectivo que tenemos. En el fondo, somos pasado proyectado a un futuro incierto. Y nuestras viejas fotografías no suponen sólo una rememoración melancólica del pasado, sino también su reconstrucción y su recuperación. A mí me gusta "resucitar" mis recuerdos porque con cada resurrección creo una nueva perspectiva, una melancolía siempre nueva. Y, además, hago presentes a los que no están. Las fotografías antiguas indagan en la conciencia del yo y su identidad. De eso, los replicantes de Blade Runner sabían un rato.

jg riobò dijo...

La nostalgia te recoloca en el hoy y partes por un camino que parece diferente.
Yo busco la nostalgia.
Se nota que eres padre.

manzacosas dijo...

Bien. Veo que estás en una búsqueda importante, que en mi modesta opinión debes continuar. Un saludo. Mazacosas

Redeyes dijo...

No debemos tener mieda a la memoria, ella es el cimiento de nuestro futuro y el aliento del presente. Bello texto. Un abrazo

Anónimo dijo...

Unos mofletes para comérselos!!!

Jajaja...que monada de bebe!!

no hay nada como tener recuerdos,
tiernos, de una infancia feliz.

Un besazul

XuanRata dijo...

Yo no acabo de distinguir entre la intención literaria y la autobiográfica, entre contar a los demás y explicarse a uno mismo. Si somos algo además de biología, somos narración. Y en la narración de cada uno, hay algo de la de todos. Por otro lado pactar es inevitable porque nada de lo bueno que hay en tu presente existiría sin todo lo bueno y malo habido en tu pasado.
Por cierto, tienes un indudable parecido con el de la foto.

Anónimo dijo...

bonitos recuerdos nos traes hoy por aquí. Al final, la vida es un eterno retorno. Un abrazo.

Incognita dijo...

“La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugaba cuando era niño.”-Nietzsche.

Sin lugar a dudas, las esquinas de nuestra memoria, reflejan las tenues luces del brillo de la infancia... sin duda, se trata de delicadas y sutiles huellas que pueden incluso tener la asombrosa capacidad de influir sobre nuestro presente... porque pueden continuar vigentes, en cada uno de nosotros.

Serendipity dijo...

Me gusta mucho tu foto. Fuiste un bebe precioso. Tu narracion me gusta y la comparto. Siempre con mirada positiva. El pasado trae buenos recuerdos. Nos ayuda a apuntar hacia el futuro... Yo frecuentemente entretengo mi pensamiento en traer a la memoria mis suegnos y ambiciones pasadas, comparandolas con mi presente y cuestionando su vigencia. Me ayuda a analizar mis sentimientos actuales. A desperezarme de la excesiva comodidad. A recordar que era la ilusion y como apuntar hacia el futuro...
Tus textos me gustan. Gracias.

Anónimo dijo...

Que Cut,cut!!(desculpe, nao resisti, sou apaixonada por bebes,rss)
Que bebezinho mais lindo voce foi!!
O afeto materno com certeza é uma dss nossss maiores referencias para a vida sentimental.
Beijinhos e um sorvete. :)

Anónimo dijo...

Ya se notaba en tus ojos lo inteligente que eras. Como siempre tienes mucha facilidad para tocar a la gente su fibra sensible por el modo de escribir, cosa dificil en otras personas. Un abrazo y que pases un buenísimo fin de semana. Isabel

Teresa dijo...

TOUCHÉ

Pilar dijo...

¿Dónde debo buscar la iluminación?.
Aquí.
¿Y cuándo tendrá lugar?
Está teniendo lugar ahora mismo.
Entonces, ¿por qué no la siento?
Porque no miras.
¿Y en que debo fijarme?
En nada. Simplemente mira.
Mirar ¿qué?
Cualquier cosa en la que se posen tus ojos.
¿Y debo mirar de alguna manera especial?
No. Bastará con que mires normalmente.
Pero ¿es que no miro siempre normalmente?
No.
¿Por qué demonios...?
Porque para mirar tienes que estar aquí, y casi siempre no lo estás.

ANTHONY DE MELLO.

Teresa dijo...

Volvemos la mirada al punto en el que éramos inocentes y disfrutábamos plenamente del día a día gracias a la fortaleza y protección de nuestros padres.

En algún momento de nuestra existencia -a la fuerza o libremente- nos sobreviene la autonomía.

Con el devenir de los años recordamos con añoranza la calidez del refugio y el amor más generoso y desinteresado que existe que es el de los padres hacia los hijos.

Reflexión preciosísima, me ha llegado al alma.

CalidaSirena dijo...

Tiernas son tus palabras, se nota cariño en ellas, en los recuerdos que trae esa foto.
Un besito cálido

Isabel Huete dijo...

Mi padre, que era muy bruto en sus valoraciones, siempre nos decía a sus hijos que "a los niños de pequeños dan ganas de comérselos, y de mayores uno se arrepentía de no habérselos comido"... Mi impresión al leerte últimamente es que tienes unas ganas enormes de comerte al niño-joven que fuiste para ver si así se alimenta de savia nueva tu edad adulta. El pasado, en pequeñas dosis, es digerible, pero si te das un atracón acabas empachado; nunca se puede cambiar ni te puede cambiar. El futuro no existe porque no sabes cómo será, ni tan siquiera si será. El presente es lo único con lo que contamos, lo único tangible, y hay que cuidarlo y mimarlo como el mayor de los tesoros. Vivir es cada instante, celebrar cada latido; es una constante primavera.
Besos grandes.

Anónimo dijo...

Ahora bien, tampoco entiendo esa tristeza que sobrenada a veces tus entradas.

Anónimo dijo...

Bella estampa de homenaje a los antepasados que confluyeron en un espacio y supieron esperar a que se adensara el tiempo que permite el comienzo de un nuevo ciclo vital. Ciclo imposible en sus primeros pasos sin el soporte de aquellos que lo hicieron posible.

Me encanta la manera que tienes de comentar la foto: lo relevante e importante es lo que apenas se hace presente; la mano de la madre.pancho

Anónimo dijo...

La intersección de dos rectas es infinita. La analogía esta también en el principio de ambas.

(Gauss)

nerea dijo...

Me encanta la foto y me encanta lo que sacamos de ella. Como tu madre te sujeta para no caer y como tu padre la lleva en la cartera para que el día sea un poquito más duro sabiendo que al final del el le estara esperando su pequeño en casa...

No la arregles, guardala asi para siempre.

Besicos!

Anónimo dijo...

P.D. (La ortografía me traiciona, cosa que ya decía en su tiempo Luis de Góngora).

ARSINOE dijo...

Como dijo Borges "somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos"
Por cierto, nos has cambiado nada..y tal vez yo siga la idea de pedro carcedo y publique también una mia de enanilla..así vemos lo que hemos mejorado o empeorado..je, je.

Paco dijo...

mi mujer me dice ¡no le haces fotos a los niños! que razón tiene... eso es lo que queda.

abrazos

Merche Pallarés dijo...

¿Cómo es que no han llegado tus comentarios? Te echamos de menos. Besotes, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

PILAR: Recibido.

AMALIA: pero siempre debemos tenerla a mano. Curiosidad: ¿qué puesto hacías de los 7?

PEDRO: he visto la foto y la he comentado. Lo que me cuentas de tu padre define su dignidad. Y explica también la tuya. Un abrazo.

BEA: a veces hurgo muy dentro de mí, a costa de la tristeza.

QUIQUE: ¡Hasta el miércoles no las comienzo! Gracias.

MERCHE: yo soy de los que me miro hacia dentro. Pero eso no me impide mirar hacia fuera. Besos.

BLOGOCHENTA: bueno, de cerca se me notan las entradas. Gracias.

LADYLIBRARIAN: no es exactamente así, al menos en mi caso: el pasado no condiciona el presente sino al revés. El pasado no es más que una narración falseada por el presente.

RAÚL: así lo creo yo también. Qué gran película Blade Ruuner.

JAVIER: se nota.

MANZACOSAS: seguiré profundizando. Una abrazo.

ISAAC: sólo tienen miedo a la memoria aquellos que no se reconcilian con ella. Un abrazo.

AZUL: me ruborizo. Besos.

XUANRATA. la autobiografía es una narración de nosotros mismos. Tienes razón en lo que dices.

FERNANDO: ...al punto de partida. Un abrazo.

REGGIS: hay una tenaz continuidad de nosotros mismos.

SERENDIPITY: y, sobre todo, a conocerte. Es parte de nuestra condición reflexiva. Gracias por tus palabras.

NANA: recibido. Tienes el aire de una buena madre. Besos.

ISABEL: un abrazo e igualmente.

BIPOLAR: vaya, ¿he sido yo?

PILAR: bello texto.

BIPOLAR: calidez y refugio. Qué palabras. Gracias.

CÁLIDASIRENA: otro para ti. Gracias.

ISABEL: en efecto, hincar los pies en el presente. Pero siempre con la conciencia de nuestro camino. Besos.

BLOGOCHENTA: tengo un carácter melancólico. Lo reconozco.

PANCHO: gracias por fijarte. Es el motor de la imagen y del texto. En efecto. Un abrazo.

DARGOR: buena frase.

NEREA: así quedará, siempre. Le da más verdad. Besos.

DARGOR: la ortografía no tiene alma. Tú la tienes de segunda persona, en la entrega. Un abrazo.

TAREIXA: pues nada, a la tarea. Esto puede convertirse en un meme.

PACO: en casa del herrero... Ya sabes: ponte a la tarea. Un abrazo.

Gracias a todos por vuestras palabras.

PILAR dijo...

Pedro, he vuelto a releer, y a leer con calma los comentarios.
Creo que es de las veces que más atentamente he leído los comentarios, uno a uno, y con tu permiso desde aquí gracias a todos.
Y a ti, especialmente.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Gracias a ti, querida PILAR.

Anónimo dijo...

yo te he visto de cerca y las únicas entradas que he visto son las que día a día dejas en la Burgosfera

Pedro Ojeda Escudero dijo...

BLOGOCHENTA: Gracias por mirarme con tan buenos ojos...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MERCHE: los he hecho un poquillo tarde. Voy con el tiempo muy limitado. Y, esta tarde, he dedicado un buen rato a charlar con mi querido amigo Javier (del blog Sobre la mirada). Besos.

Unknown dijo...

Soy la 5ª, ¿cómo es? dicen que no hay 5º malo... ¡qué morro tengo!, pero también soy la primera, si tienes mucho interés ya te lo explicaré. (dícese de un viudo que con cuatro hijos se casó con una mujer ya mayor que no se lo pensó dos veces y... vinieron al mundo 3 más)

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Quinta y primera, qué mezcla de sensaciones.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Pedro, la vida es un contínuo nacer..por ahora...como la pescadilla que se muerde la cola...
ahora nos toca esa época de sujetar atentamente con la mano...una brillante entrada

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MANUEL: la vida como ciclo que se repite. No exactamente, pero se repite. Un abrazo.