domingo, 16 de marzo de 2008

Diego Fernández Magdaleno y la música

Disolución del sonido en ondas azules de cielo.
Homenaje a Diego Fernández Magdaleno.

Ayer por la tarde disfruté del reencuentro con Diego y Álvaro Fernández Magdaleno. Diego daba un recital de piano en Valladolid y no podía perdérmelo. Ya conté aquí mi primer encuentro con ellos y también he dado cuenta de la extraordinaria condición de escritor de Diego, que demuestra en su blog. Además, Diego es un esforzado emprendedor, como demuestra su biografía y su labor en EPTA. Son curiosas las intersecciones de nuestras vidas: conocí primero a su hermano Pablo, que ahora es el que vive más lejos, hace años, sin pensar que sus apellidos volverían a cruzarse en mi vida.

Me gusta cómo se enfrenta Diego al piano: lo hace amigo y cercano, desde su gran profundidad humana. Su forma de tocar es honesta y seria. Irreprochable en la técnica, cuando pulsa las teclas el público siente, desde el primer momento, que, sobre el escenario, hay alguien que no le va a engañar con trucos ni alardes innecesarios.

Me gustó la selección de su recital, que demuestra lo que he dicho: Richard Wagner (Hojas de Álbum), Friedrich Nietzsche (Tres piezas para piano: Mazurka, Hoja de Álbum y Algo de Czardas), Franco Margola (Sonata para piano nº 5), Cristóbal Halffter (El ser humano muere solamente cuando lo olvidan), Joaquim Homs (In memoriam P.F.A.; In memoriam C.H.O.; In memoriam I. y J. Amat), Matilde Salvador (Sonatina), Francisco García Álvarez (Aquel 28 de marzo -In memoriam Diego Fernández Piera-) y Armand Grèbol (Miniaturas. Cinco escenas de una depresión).

Al tener tantas carencias como tengo para poder hablar de música, he de hacerlo desde la emoción. Me emocionaron, sobre todo, la pieza de Halffter, que cerraba la primera parte, en la que Diego supo interpretar las pausas y los silencios y dejar que el tema inundara la sala por sí solo; las tres de Joaquim Homs, que nos regaló el intérprete en estreno absoluto, completando la discografía para piano de este compositor, y que acompañó con explicaciones que demostraron otra de las grandes virtudes de Diego, la de comunicador; la pieza de García Álvarez -y ambos sabemos por qué-; y su acertada elección de Grèbol para cerrar el recital.

Me gustaría saber expresar mejor lo que sentí. Pero eso sólo se puede hacer con la música: con Diego sentado al piano.

17 comentarios:

jg riobò dijo...

Disolución en azul y blanco muy propio para la música celestial.

Anónimo dijo...

Siempre me hubiera gustado tocar piano, pero mi capacidad musical ha sido nula. un abrazo.

Merche Pallarés dijo...

¡¡¡Qué suerte has tenido de escuchar a Diego!!! Yo, desde que entro en su blog estoy deseando ir a un concierto suyo. A ver si algun dia viene a Ibiza. Por lo menos el concierto lo has descrito muy bien y hasta aquí me ha llegado su música. Gracias. Besotes, M.

Unknown dijo...

Lo has expresado estupendamente, sigo diciendo que la música es lo más espiritual que tiene el hombre... y que en el cielo habrá música seguro. Está muy bien.

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Muchísimas gracias, Pedro.
Un gran abrazo,
Diego

Anónimo dijo...

Cuando alguien sabe transmitir sentimiento, y esos llenan la sala,y los corazones, como explicas querido Pedro, debe ser una persona, extraordinaria, con un gran fondo
envido esa gran suerte.
De poder disfrutar, de una gran amistad, con una persona tan especial


Felicidades!!

PILAR dijo...

Pedro, te comprendo. A veces es difícil transmitir y explicar a los demás lo que uno siente sobre algo. Sobre todo, creo yo, cuando algo cala y nos llega muy adentro.
La música, nos hace ser mejores personas, como la literatura. Yo, así lo siento.
El piano es un instrumento divino y hermoso.
Me alegro que pasaras una tarde musical.
Por cierto, URSUS, que es domingo, espero que no estés chungui, además ahora vienen unas mini-vacaciones muy buenas.
Un achuchoncillo.

Teresa dijo...

Creo que es una profesión muy esclava del trabajo diario y muy vocacional. Bravo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

JAVIER: disolución en clave de sol, podríamos decir...

FERNANDO: a mí me pasa lo mismo. Echo de menos una buena formación en música.

MERCHE: nada, hay que organizar un recital suyo en Ibiza. Y excursión para todos a la isla.

MAFALDIA: qué gran lenguaje es la música.

DIEGO: A ti, querido amigo. Fue un placer. Un abrazo.

AZUL: lo es, lo es. Besos.

PILAR: gracias pr el achuchón. Cuento las horas que faltan para las vacaciones.

BIPOLAR: de gran esfuerzo, en efecto. A veces sólo nos quedamos con lo maravilloso, pero no con las horas que hay detrás.

Anónimo dijo...

La música anula el dicho de "Vale más una imagen que mil palabras" pues quizá vale mas una nota sentida que mil imágenes.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

En efecto, DARGOR, no hay lenguaje como la música.

ARSINOE dijo...

Mi formación musical es totalmente nula, simplemente cuando la escucho, una me llega y otra no me dice absolutamente nada..Muchos dicen que es que hay que entenderla, puede ser, pero yo creo que solo hay que sentirla..

Pedro Ojeda Escudero dijo...

TAREIXA: lo mismo me pasa a mí. Supongo que será cosa de practicar... Saludos.

Merche Pallarés dijo...

Sería estupendo reuniros a todos los bloggers aquí en Ibiza. Cuando querais lo organizo y os enseño la isla y Formentera. Me encantaría ser vuestra anfitriona y guía. Besotes, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Sería una gran idea, MERCHE.

Merche Pallarés dijo...

Pues organizemóslo!!! ¿Cuándo podríais venir todos? ¿En verano? Decídmelo. Va en serio. Besotes, M.

Montserrat Sala dijo...

Como soy bloguuera nueva, no me suena haber visto o leido a Diego Fernandez Magdeleno. Pero como soy adicta a los conciertos de piano,(no en vano tengo dos hijas pianistas), envido tu suerte, al poder disfrutar de un evennto semejante. Saludos profesor.