jueves, 7 de febrero de 2008

El mal del paseante



El paseante, como todos, tiene sus días malos. Días en los que duda de la certeza de su mirada, de si interesará a alguien lo que cuenta o si perderá los ánimos. Hace tiempo, para romper el temor al espacio blanco que debe llenarse con palabras y signos, recurrió a los pomelos de Vicent. Todos los que escriben periódicamente y publican su escrito de una forma u otra, antes o después sienten flojear las fuerzas. Pienso que la mejor manera de que no suceda es sentarse a escribir a diario aunque no apetezca, pero a veces fallan los temas o la expresión, o vence la pereza a la constancia. Si, además, no es nuestro oficio, aquel con el que ganamos la soldada, hay otras cosas prioritarias que nos reclaman.

Hace tiempo que decidí que La Acequia debía ser diaria y tratar, sobre todo, de cosas relacionadas con la cultura, la educación y la creación artística, aunque eso me restara lectores. Quería, en este blog, verter con tolerancia mi análisis de la sociedad actual en estos ámbitos. Y, desde entonces, este tiempo que dedico a escribir mi entrada y a comentar en los blogs amigos o dejarme ir por otros con afán de descubrimiento y aprendizaje es el único verdaderamente mío del día, el que guardo celosamente porque si no me faltaría algo. Hay muchas discusiones -tan poco originales que parecen la primera repetida con la técnica del corta y pega- sobre los blogs. He llegado a la conclusión de que me importan poco porque la realidad las ha superado. De aquellos primeros blogs pioneros que consistían poco más que en un almacén de enlaces y cosas que uno encontraba en Internet a la variedad y complejidad de lo que existe ahora hay todo un mundo cuya evolución se ha fraguado en tan poco tiempo que sorprende. Pero somos millones de personas los que dejamos constancia en nuestros blogs de todo lo que interesa: política, tecnología, cultura, creación artística, relaciones sociales.

Por eso continuo con mi entrada diaria, porque sé que amplío mi mundo, que pertenezco a una comunidad social que tiene su núcleo en un lugar concreto del ciberespacio pero se amplía cada mes con nuevos contactos, que me ayudan a comprender mejor el mundo en el que me muevo y a mirarlo de otra manera. También he querido que La Acequia sea un ejercicio periódico para experimentar las posibilidades artísticas de este medio.

Y sigo buscando la mirada. Aunque, a veces, la premura o la ansiedad me la devuelva divertida, irónica y despiadada en disolución azul en las lunas de los automóviles, como en la foto.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Como lo que veo ni me gusta ni me identifica, hace mucho, much�simo tiempo que me ha dejado de interesar.
Es que por no haber, ni siquiera hay pu�aladas traperas, que dar�an un poco de vidilla al entorno. Trabajar en una funeraria tendr�a m�s ambiente, movimiento y color que la cuna del saber donde estoy inmersa.
Y es tal la calma chicha y la densidad del agua, que uno podr�a morir asfixiado por la espesura del barro.

El leitmotiv en el currelo se reduce a Santa N�mina Bendita, patrona de casi todos.

Snif, me has vuelto a tocar la fibra sensible.

Merche Pallarés dijo...

Querido Pedro, ¡qué bonito! Tu sigue deleitándonos con tus maravillosos escritos sean surrealistas (que yo no capto a veces) o sean realistas. Tus posts me hacen falta casi, casi, como el aire que respiro. Besotes, M.

Unknown dijo...

Creo que todos estamos experimentando con esto en cierta forma. No deja de sorprenderme, como se puede conocer a las personas a través de lo que escriben.Cuando soltamos al ruedo nuestra opinión de las cosas, a veces coincidimos, otras no, pero siempre salimos enriquecidos.

Anónimo dijo...

Todavía la ciencia no ha llegado a que, los que estamos de este lado de la linterna mágica, podamos influir (directamente) en el estado de ánimo de los bloggers, pero de lo que puedes estar seguro es de que se te sigue con sumo interés, aunque bajes en el ranking ese que tienes a la derecha ( creo que lo has quitado). Sólo podemos agradecer tus clases particulares gratis de cultura diaria. Leerte todos los días es un lujo impagable: vamos que si pasaras la gorra te forrabas. Gracias por enseñarnos tanto.

Unknown dijo...

Entiendo a la perfección lo que has escrito hoy porque mantener un blog es costoso, pero sarna con gusto no pica (dicen), creo en lo enriquecedor de conocer otras opiniones, otros estados de ánimo el tuyo tan voluble como el de todos, ¿quién no tiene días malos?, ahora lo que si he aprendido en este poquito tiempo que llevo navegando en las bitácoras es que hay que desprenderse de todo atisbo de susceptibilidad, blogear si, pero con cierto escudo de protección, y si algún día alguien deja de visitarte como no sabes el motivo nunca pensar porqué.

jg riobò dijo...

Yo estoy en plena crisis; como el paseante. Dudo de la certeza de mi mirada y he perdido los ánimos.

nachocarreras dijo...

"...Vamos juntos compañero, con tu puedo y mi quiero, vamos juntos compañero..."
Ya sabemos lo difícil que es "desnudarse" en público pero, también lo reconfortante que puede ser. Estoy con todos los que han opinado antes, cada uno con su personal matiz, somos muchos los que estamos ahí, opinemos o no.
Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

BIPOLAR: lo malo de esa Santa es que no nos da para ganarnos el cielo...

MERCHE: Gracias, es el mayor elogio que podrías hacerme. Besos.

CLARA Y PEPE: en efecto, hay algo que nos enriquece en esto.

PANCHO: y tanto que influís. No, no quité el contador, pero en este nuevo formato va más abajo. No me preocupa tanto el número como la calidad. Y La Acequia, con vuestros comentarios, se hace mucho mejor. ¡Puedo presumir de comentaristas!

MAFALDIA: no pica, no, pero a veces te dan bajones. Y, en efecto, van y vienen.

JAVIER: te conozco, y sé que tus crisis son siempre para mejor, así que a tirar para adelante, amigo.

NACHO: lo sé. Y noto el aliento, por supuesto. Un abrazo.

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Anónimo dijo...

Siempre llego tarde (excusez-moi!), pero es que últimamente no puedo callar, debe ser que a mí lo que se me desató fue la lengua... (jeje)
Admiro profundamente a todo el que es capaz de hacer un blog diario (yo no podría), y doble o triple admiración si el blog encima es bueno (como el tuyo).
Y pensar que un día despotriqué sobre "el mundo de los blogs"! (y ahora me encanta el momento de leerlos, como cuando esperas estar a solas para continuar con el libro que te gusta)
... yo que no tengo bitácora, ni ideas para crearla, sólo espero un "ego te absolvo" por lo que un día dije.

Un saludo

(no hace falta que me publiques esto: por "tardona"!)

Anónimo dijo...

Pedro no sabía que el cielo se puede comprar, aunque del sector inmobiliario no me sorprende nada.

Pilar dijo...

Pedro, qué razón tienes en todo lo que escribes, y no es peloteo, es que sabes que me siento identificada contigo.
yo, sí que tengo últimamente también días malos, pero que muy malos. Y esa sensación de no saber qué escribir, qué decir...
Gracias por tu acequia.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

DONCE: Disculpada. Aquí te esperaba La Acequia. Pues por hablar mal de los blogs, ahora estás enganchada ;-). Un abrazo.

BIPOLAR: ya ves, serían capaces de construir allí unos adosados de esos horribles que hacen.

PILAR: Hace tiempo aprendí que de estos bloqueos se sale paseando y escribiendo. No hay más recetas. Así que ya tienes deberes...

Gracias por vuestros comentarios.

Pilar dijo...

Pedro, si es que te sale el rol de profe...vale, de acuerdo...ya me pongo a los deberes.
Otro abrazo,
Pilar.-

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Vale. La próxima semana, examen.