domingo, 6 de enero de 2008

El fin de los cielos

Los irreductibles galos de Uderzo creían que el cielo podría venírseles encima en cualquier momento por la furia de los dioses. Durante días he observado con calma los cielos en busca de algo que me salve o me condene. Hubo incluso un simpático comentario anónimo que me pidió dejarme de tanto árbol y cielo porque era Navidad. De Alfonso X el Sabio se contaba que, de tanto mirar al cielo para estudiarlo, se le cayó la corona. Le gano: no tengo corona. Así que no tengo nada más que perderme que a mí. Y aun estoy por encontrarme.

Ha pasado la Navidad, retiran las luces de las calles y los comerciantes se han afanado en preparar los escaparates para las rebajas: todo baja un tanto por ciento. En el fondo, nuestra vida la establecen las alegrías reguladas por nuestros calendarios y las rebajas de los comercios: todo mercadería. Después de las rebajas vendrán las elecciones. También nuestros políticos están de rebajas.

Mientras tanto, por ahora, me despido de estos cielos que me han acompañado, buscando en ellos los hilos de nuestra conducta.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Con estas fotos tan personales y originales nos has enseñado a mirar los árboles en conjunción con el cielo. Cómo pueden ser hermosos y espectaculares aún desprovistos de todo artificio y provocar una sensación de misterio al mirarlos a contraluz, mostrando sólo la silueta.
A mí lo que me fastidia de las rebajas es que siempre vienen acompañadas de la vuelta a la rutina (back to the grindstone) que se dice en inglés. No es que uno se queje, que para eso somos los afortunados de las largas vacaciones, pero costar, cuesta.

jg riobò dijo...

Con esta serie de árboles y cielos habías conseguido abstraerte un poco del calendario consumista.
No cejes, las rebajas, elecciones ... sigue mirando árboles y cielos.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Mira el cielo...sobre todo cuando está azul y limpio...verás reflejada la verdad...la vida sigue, con sus fiestas, sus consumos más o menos responsables, sus dimes y diretes....sus mercaderías...si algún día descubres algo diferente comunícalo..pero la vida es así con sus verdades y sus falsedades...¿merece vivirla? yo creo que sí...Abrazos...

Pilar dijo...

Recuerdo de niña,
cuando viajábamos en el coche...
me quedaba ensimismada
mirando el paisaje,
mirando el cielo.
No teníamos radio, ni aparatos "entretenedores" de estos que se les da ahora a los niños para que hagan los viajes tranquilos.
Así que yo miraba al cielo, continuamente, me encantaba.
Recuerdo muchos momentos en mi vida, en que he mirado al (y el) cielo.
Y lo sigo haciendo.
Por eso me gusta el cielo azul de Burgos, y cuando las nubes o la niebla esconden su luz y su color mi estado de ánimo se debilita.
También miro la luna, así que no sé qué perderé por mirar hacia arriba...
Lunática y "cielítica".
.................................
De lo que viene ahora, no sé, no sé...
Está todo tan programado que yo me pongo enferma...
Parece que la música me había animado...pero la post-navidad me deja un poso chungo y melancólico, no puedo remediarlo, lo siento.

Anónimo dijo...

Iba a decir que hay cosas peores que a un rey se le caiga la corona: cuentan que Tales de Mileto se cayó a un pozo embebido como estaba en la contemplación celeste. Él se llevó un gran mamporro y nosotros, gracias a él, más conocimiento. Mirar al cielo sale rentable, siempre que no se pertenezca a la Casa Real. Lo que les faltaba...

Anónimo dijo...

Tiempos de saldos políticos en los que, en esta ciudad de Burgos, a los redifinidores de la línea recta (aquella que era la distancia más corta entre dos puntos), debieramos pedirles, por ejemplo, respuestas al olvido y abandono en nuestro AVE. ¡Ciudadddddd! ¡Como me duele!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

PANCHO: y tanto que cuesta. Esta rutina, además, no llena.

JAVIER: No cejaré, pero repasaré, a mi manera, el mundo.

MANUEL: en efecto, de la moneda no podemos eliminar ninguna de las caras. Abrazos.

PILAR: la forma en la que nos hemos montado la vida nos encadena tanto que ya se acercan las próximas navidades.

RAÚL: lo que les faltaba, en efecto. Buen ejemplo. Un abrazo.

BLOGOCHENTABURGOS: quizá haya que explicarles mejore a nuestros políticos lo que se quiere. Son así.

Saludos a todos y gracias por vuestros comentarios.

Anónimo dijo...

He echado un ojo a tus últimas entradas y podrían hacer parte de un conjunto, de un libro! No sé si aún has podido leer el libro, El profesor. La última frase te la dedico a tí, porque pensé en tí cuando lo leí.

El cielo es fascinante, cuando era pequeña preguntaba a mis padres "dónde acaba el cieo?" Sigo preguntandome lo mismo, porque no recibí ninguna respuesta satisfactoria;) A mi me fascina, porque por mucho que el ser humano destruya el planeta, el cielo se quedará impecable, porque no lo podemos destruir..no llegamos! El cielo es puro..y el resto del planeta hubiera sido igual de puro si no hubiera sido por la contaminación creada por nosotros.

Buena reflexión y muy buena entrada!

Un saludo cordial,
Maggi

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Hola, MAGGI:
Terminé el libro, en efecto. Y me gustó. Gracias por el regalo y por lo que me dices ahora de la última frase. Y tienes razón en tu comentario. Buena pregunta: ¿Dónde acaba el cielo?