martes, 4 de diciembre de 2007

Suspenso en lectura comprensiva.

Conocemos ahora más detalles del Informe Pisa, del que ya hemos hablado aquí y que ya es accesible.
A pesar de que cabe dudar de la absoluta fiabilidad de este informe y de que estas líneas se escriben desde una Comunidad que no sale tan mal parada como otras, hay un resultado que algunos ya conocíamos en el día a día de nuestra profesión docente, sea cual sea el nivel en el que nos encontremos: los sistemas de enseñanza de los últimos años en España han fracasado sin ningún tipo de justificación en la lectura y en la comprensión de los textos escritos.
Los expertos han insistido desde hace décadas en que las matemáticas y la lengua son las bases de una buena formación. Todos los políticos encargados de la educación lo saben. En todas las reformas se insiste en esto, en todos los congresos de pedagogía se dice, en todas las reuniones con los padres en los colegios se comenta el mismo asunto o se avisa a los progenitores de la consecuencia de no superar estas materias. Los profesores españoles están bien formados. Las herramientas para producir una buena educación existen. Y, sin embargo, España ha suspendido. "Muy deficiente" se decía en mis tiempos.
Cada vez en las clases de lengua se explican más cosas que no son lengua. De las lecturas escolares han desaparecido los textos clásicos y sólo algunos profesores se atreven a exigir lecturas de libros completos. Se ha insistido en que obligar a leer aleja a los jóvenes de la lectura. Y para ello se ha promovido un negocio editorial por el que surgen colecciones especiales adapatadas para los niños y que suelen tener ínfima calidad. Los jóvenes españoles leen mucha literatura fantástica -libros clónicos e intercambiables- mal traducida, sin calidad artística ninguna. La prensa está mal redactada. En estos últimos años se ha banalizado el esfuerzo que supone leer. A la sociedad española no le interesa más que la literatura fácilmente consumible, de comprensión rápida y que no indigeste. Pero es que, además, los jóvenes españoles tienen ya problemas para comprender un texto en el que haya referencias culturales, históricas o que se escriba con cierta profundidad
¿Quién está fomentando generaciones de jóvenes con un nivel de analfabetismo funcional tan grande? ¿A quién interesa esto?

10 comentarios:

Raúl Urbina dijo...

De la precariedad de la lectura en España habría mucho que hablar. Es de risa que la Junta promueva en los centros como obligatorios unos planes de fomento de la lectura que no son en muchas ocasiones más que pretextos bienintencionados para adornar los defectos de base.
Como dices, la literatura juvenil es de espanto. Parece que Conrad, Melville, Stevenson, Stoker, Twain y otros más ya no son legibles para muchos de nuestros jovencitos, que se consuelan con sucedáneos de la lectura.
Me parece que hay edades en las que leer, en sí, es bueno, pero no hay que olvidar que esas lecturas tienen que ser, por lo menos, un medio para el fin de crear otros lectores, ya maduros. Hay alguna excepción, pero yo sigo pensando que se los "clásicos" han desaparecido y no se han sustituido por otra cosa de su mismo valor. ¿Creará futuros lectores El rey simplón, El pirata Garrapata, Fray Perico u otros sucedáneos aún peores? ¿Son los niños y jóvenes de hoy en día más tontos como para leer otra cosa? ¿Están mal preparados o los preparamos mal nosotros? Quizá otro día haya que hablar de esa incultura extensiva que se aplica también a otras artes, como el cine...

Pablo A. Fernández Magdaleno dijo...

Verdaderamente triste, pero se veía venir.
Un abrazo.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Bueno, vengo porque sabía que escribirías sobre esto...los andaluces salimos mal parados...yo de las estadísticas y de las encuestas soy agnóstico...pero por la parte que me toca de experiencia didáctica...no necesito leer el informe para saber de la realidad...
Raul y Pablo; no creo que lo del problema de la lectura esté en que se lea literatura de buena o mala calidad...es que no leen nada, de nada...Tenemos instaurado en mi centro un proyecto de plan lector y no son capaces de leer un libro más de los que tenemos priorizados por curso... y amigos, los padres tienen mucha culpa, no valoran los libros como herramienta formadora...no.
Pablo el problema no es el analfabetismo...el problema es la incultura, la no cultura, la negación de la misma...perdón por la extensión...pero desde que escuche en la radio esta noticia he estado cabreado...tenía que decirlo en un foro...y que mejor que en el tuyo.

Un abrazo....

Pilar dijo...

Uf, uf, uf....
Normalmente escribir me gusta, me satisface y me llena, pero cuando se trata de este tipo de temas, es que necesito ponerle voz y gesto, de verdad.
Es un tema que me toca muy hondamente, como madre.

En casa siempre he intentado trasmitir el cariño a la lectura, y no sé si lo he sabido hacer.
A veces pienso que la insistencia o incluso la falta de naturalidad en las cosas provoca el efecto contrario. Me explico, yo reconozco que en mi casa cuando era niña he visto leer a mi padre, (mi madre seguramente no tenía mucho tiempo)con naturalidad, sin darle importancia a que nosotros leyéramos. Sí, leíamos algún libro que nos traían los Reyes, y sin embargo, más o menos los cuatro hermanos le hemos cogido amor a la lectura.
A veces creo que cuando se insiste mucho en algo se provoca el efecto contrario, no lo sé.
También es verdad que el mundillo este de la informática y de los medios audiovisuales y la ofertas de todo tipo hacen distraer a nuestros niños y jóvenes.
No sé, es todo un poco difícil.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

RAÚL: En efecto, el mal está extendido. No es sólo aplicable a la lectura, sino que afecta a todos los conocimientos humanísticos. Y, como dices, a leer se aprende leyendo.

PABLO: Que nos lo digan a los que estamos a pie de obra, ¿verdad?

MANUEL: Lo malo es eso, que no necesitamos leer un informe. Los políticos se rasgan ahora las vestiduras por cosas que nosotros vemos a diario. Tienes razón en que, en principio, el problema no es de la buena o mala literatura sino de que no leen. Pero, además, la mayoría de los que leen dedican su esfuerzo a textos que no les van a ayudar a dar el salto a otra lectura y que tampoco les ayuda a afrontar con éxito la comprensión de textos un poco más complicados. Y te doy la razón en que el problema es general, no sólo de los centros escolares: esta sociedad ha roto con la cultura desde hace años. Y ni siquiera está ya la red de la cultura tradicional.

Panorama muy negro.
Gracias a todos por vuestros comentarios.

Anónimo dijo...

Pedro, la culpa es de todos.
No sé si los profesores están preparados, pero no están motivados. No hay vocaciones.
Los padres que queremos participar nos encontramos con muros infranqueables y somos tratados como invasores de terrenos que no nos "corresponden", por mucha literatura -que más parece fantástica- que legislativa.
Desde la dirección que todos conocemos se potencia la escuela privada en detrimento de la pública.
¿Por qué seguimos teniendo asignaturas que entran dentro del ámbito que establece la Constitución, el privado, sobre el que existe el derecho a no manifestarse, en detrimento de lo fundamental, las matemáticas, la lengua, el conocimiento, el idioma extranjero?...
Yo sólo siento frustración e impotencia, pero veo las faltas de ortografía del cuaderno escolar y se me disloca la retina.
S.O.S. A LA EDUCACIÓN

Francisco O. Campillo dijo...

Nuestro sistema educativo adolece de muchos, muchísimos defectos. No voy a entrar en ello porque sería muy prolijo.
Uno de estos defectos es el ombliguismo ¡Menudas lecciones de "cono" se tienen que tragar nuestros muchachos!
Y sin embargo, resulta que en nuestra Comunidad somos incapaces de enseñar todo lo bueno que tenemos en Literatura. Sin ir más lejos, ahí tenemos a Delibes -un vallisoletano que amaba profundamente las tierras burgalesas- a quien nuestros escolares desconocen de manera absoluta.
A la primera oportunidad que tenga, le regalaré a mi hija María un ejemplar de "El Camino"

Pedro Ojeda Escudero dijo...

BIPOLAR: bienvenid@ a La Acequia. Buen comentario: todos tenemos culpa. Y nadie pone remedio. Pensemos, además, que estos chavales de hoy tendrán que competir en un mundo en el que las fronteras han desaparecido. Ellos tendrán que tomar la rienda del país dentro de unos años y ya llevan este déficit por nuestra culpa.

FRANCISCO: tus hijas tienen mucha suerte porque tu eres padre que no hace dejación de sus funciones. Así se van poniendo los ladrillos de una nueva situación.

Anónimo dijo...

Si algo me ha dolido últimamente (como docente) ha sido el ver negro sobre blanco, en caracteres a veces demasiado gruesos, la constatación de algo que ya era palpable en el aula: nuestros jóvenes no entienden cuando leen o al menos son de los que menos entienden de toda la UE.
De nada sirve ahora echarse la culpa unos a otros. Todos los implicados tienen su parte: padres, profesores, sistema educativo, autoridades, nivel cultural del entorno y ellos.
Una vez que parece que hemos tocado fondo, hay que tener el optimismo y la determinación de poner soluciones, si estas son correctas, dentro de unos años podremos ver los frutos de la mejora en una posición mas adelantada de esta clasificación. Como padre y profesor podría dar algunas que se me ocurren, partiendo de la propia experiencia; pero me temo que un comentario en un blog no sea ni el sitio ni el momento oportuno, a menos que el autor así nos lo pidiese.
Aunque sea tarde, no he podido por menos de decir algo sobre este tema que nos concierne tan directamente

Pedro Ojeda Escudero dijo...

PANCHO: En efecto, era algo que los docentes veíamos. Y, además, era una mancha de aceite en expansión: primero tocó a aquellos que no querían estudiar pero debían permanecer en las aulas hasta los 16; luego a esos otros que no tenían motivación porque se decían de Ciencias o Técnias y consideraban la lectura muy lejos de sus motivaciones; finalmente el problema ha llegado incluso a aquellos alumnos más interesados por las letras: estos ya no leen tanto como debieran y también se les ha empobrecido el vocabulario y la capacidad de comprensión.
Hay que buscar soluciones que pasan primero por un cambio radical en el prestigio público de la lectura y la literatura. Además, hay que convencer a pedagogos (cuánto daño han hecho encabezando de forma absurda muchas de las últimas reformas escolares), políticos, editoriales, padres, etc. A veces se me antoja una batalla ya perdida que sólo debemos dar en pequeños ámbitos. Pero luego me doy cuenta de que no, que debemos combatir continuamente: una sociedad de analfabetos funcionales, como denuncia el informe PISA es una sociedad gris, manipulable, violenta, irracional y peligrosa para sí y para el futuro.
Y te animo, Pancho, a participar aquí y en todos los foros: es más que necesario.