lunes, 12 de noviembre de 2007

El héroe muerto.

[Detalle del monumento a la batalla del Moclín, Medina de Rioseco.]

El paseante ha llegado hasta aquí y sabe que antes a los héroes, como el de este monumento, los consolaban, en la agonía, con el regazo de la mujer amada. Eran otros tiempos, en los que los roles de hombres y mujeres diferían de los nuestros. Y en los que las creencias tampoco eran las nuestras. La cabeza apoyada en el seno cálido de la mujer, que ya era madre más que amante, mientras su mano acariciaba el cabello sudado y sucio del moribundo. Y unas frases o apenas un murmullo consolador.

La sociedad ha cambiado y al héroe (hombre o mujer), en su agonía, le espera una cama fría de hospital, máquinas con luces de colores y pantallas de ordenador.

¿Qué hace de nosotros héroes?

En algunas culturas siguen funcionando emociones antiguas por las que la autoinmolación o la muerte en la guerra se consideran en sí mismas un acto heroico que es recompensado. En la occidental hemos preferido mecanizar la muerte. Por eso nos produce tanta repulsa el asesinato cruel y sucio. Por eso preferimos convertir los conflictos bélicos en un programa de ordenador y mandamos mercenarios para el trabajo violento posterior pero cerramos los ojos ante sus acciones o nos mostramos hipócritamente indignados cuando se nos desvelan. Los soldados regulares se han convertido en una ONG con armas a los que premiamos por sus labores humanitarias siempre y cuando no nos informen con detalle de cuántas veces han tenido que usar sus fusiles.

Miro a los ojos de los otros paseantes y no sé su condición heroica. ¿Por qué morir hoy? Qué pocas cosas, pero qué cercanas todas. Se nos han caído las grandes ideas porque todas ellas generan más conflictos que respuestas, pero aun queda el compromiso con el otro en los gestos cotidianos. Quizá ese sea el único regazo que nos espera.

10 comentarios:

Pablo A. Fernández Magdaleno dijo...

Es curioso cómo ha cambiado la concepción de lo heroico en los últimos años. Hasta entonces, el héroe era activo; ahora, los héroes son las víctimas. Paradójicamente es cuando la sociedad se ha hecho laica cuando más se ha cristianizado.
Saludos

labea dijo...

En tus propias palabras... acertada entrada

:)

Anónimo dijo...

Si hubiera de envidiar algo en esta vida, sería sin duda la creatividad sin límites... Es todo un placer leer cada día entradas nuevas en tu blog. Tomo nota!

Antonio dijo...

El héroe contemporáneo es, a mi modo de ver, el que realiza de forma altruista un pequeño gesto que, sin que él mismo sea consciente de ello, cambia de forma decisiva el devenir de algo o alguien. El que lleva a cabo una acción noble y que le honra sin esperar nada a cambio. Un héroe para mí fue el chico recientemente muerto en Valencia por tratar de defender a una desconocida que estaba siendo agredida. En el día a día hay bastantes pequeños héroes que, afortunadamente, no tienen tan trágico final como este joven. Uno mismo se puede sentir un poco heroico al tener la sensación de haber perdido parte de su tiempo en beneficio de otra persona o de una causa que para muchos sería, precisamente, perdida.

Saludos, y voy a leer el resto de entradas, que con esta 'velocidad de publicación' es fácil perder el ritmo.

nerea dijo...

Estoy con Antonio. Para mi un heroe es aquel que no sabe que lo esta siendo. Atras quedaron esos "caballeros" que luchaban contra quien fuera por el amor de quien fuese (cuentecillos). Un heroe es aquel que ayuda a alguien porque sí, porque se lo dicta el corazon, el alma... porque su escala de valores dice que tiene que hacerlo y le da igual sí se conoce su historia o se queda en el anonimato... Y lo que menos cruza por su cabeza es que se esta portando como un heroe...

Besicos! ah... la foto de la anterior es guay... sería perfecta para una historia de miedo o misterio en torno a un ascensor... jajajaja....

Pedro Ojeda Escudero dijo...

PABLO: oportuna reflexión. Siempre hay algo heroico en la estética del perdedor (Bogart...).

Gracias por tus palabras, LABEA.

MYRIAM: gracias. Hay días que es lo único que me satisface plenamente: ponerme unas horas delante del ordenador.

ANTONIO: Tienes razón, el gesto heroico de lo cotidiano, de lo anónimo.

NEREA: efectivamente. Quedó una foto inquietante, sí. Besicos.

Anónimo dijo...

¿Quienes son los héroes de hoy? Los mismos de siempre: Quienes se levantan cada mañana temprano a cumplir con sus obligaciones.
El padre que pretende que aflore todo lo bueno que cada uno de sus hijos lleva oculto en su interior; el estudiante que se esfuerza por superarse cada día; la mujer que afronta su futuro con entereza...
La verdadera heroicidad está en la constancia y el tesón.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

la cosntancia y tesón de los gestos cotidianos, en efecto, Francisco.

Unknown dijo...

el héroe es ese que no conocemos pero que diariamene es solidario, comprensivo, cariñoso.... en silencio, callado..Hago mio lo que dice pablo: la laicidad de la sociedad la cristiniza...Abrazos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MANUELROSADEL: la heroica constancia de lo diario, en efeto. Buen comentario. Te animo a seguir en La Acequia.